- Gerda
- En la mitología escandinava, giganta amada por Freyr; hija de Gymir. Un día Freyr, sentado en el trono de Odín, desde donde pueden verse todas las cosas, observó en el país de los gigantes a una muchacha incomparablemente bella, Gerda. El corazón de Freyr se inflamó, pero también se puso melancólico, pues no sabía cómo conquistar a la hermosa. Skirnir, su amigo, al verlo en ese estado, le ofreció ir a pedir la mano de la giganta. Solamente rogó a Freyr, para ayudarlo en su misión, que le prestase su espada que se movía sola por el aire, y el caballo que no retrocedía ante las rojas llamas provocadas por los encantadores. Así armado, Skirnir se puso en camino hacia el país de los gigantes. La morada del padre de Gerda estaba bien defendida: había perros feroces atados a la puerta, un pastor vigilante observaba todos los accesos, y llamas rodeaban los muros. Pero Skirnir pasó derecho ante los perros, no hizo caso de los gritos del pastor que quería detenerlo, y el caballo franqueó de un salto la cortina de llamas. Skirnir se encontró así en el recinto. Atraída por el ruido, acudió Gerda. Él le expuso en seguida el fin de su misión, ofreciéndole a la vez once manzanas hechas de oro puro y el anillo Draupnir. Pero ella rehusó los regalos. Skirnir, furioso, blandió la espada y la amenazó con un sortilegio: grabaría en una varita mágica que tenía unas runas muy poderosas que harían que Gerda llevara para siempre una vida solitaria lejos de todos. Gerda entonces tuvo miedo y cedió, ofreciéndo a Skirnir una compa de hidromiel en señal de reconciliación. También prometió ir al encuentro de Freyr cuando pasaran nueve noches, en un bosque sagrado que indicó.
Enciclopedia Universal. 2012.